CON EL CUERPO Y PARA EL CUERPO

EN SU TRILOGIA: PENSAR, HACER Y SENTIR

"Solo hay un templo en el mundo, y es el cuerpo humano, cuando nuestra mano toca el cuerpo, realmente toca el cielo"
Novalis

DE LA PEDAGOGIA LUDICA A LA PEDAGOGIA DEL AMOR

 

“Mientras, el cuerpo se concentra en el desciframiento y reproducción de signos escritos, pasará el tiempo de correr, de explorar con sorpresa cada novedad del entorno, de pasar las horas conversando y narrando historias inverosímiles, a través de las cuales se recrea el idioma y se fabrican los sentidos de la vida”.

 

El concepto de lúdica es tan complejo, pues se refiere a la necesidad del ser humano, de comunicarse, de expresarse y producir  una serie de emociones orientadas hacia el entretenimiento, la diversión, el esparcimiento, que nos lleva a gozar, reír, gritar e inclusive llorar en una verdadera fuente generadora de emociones.

 

“ No dejamos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar George Bernard Shaw

 

El juego, como experiencia cultural, es determinante en la formación de la integralidad en lo humano; cuando se liga al amor potencia la creatividad, si se vincula a lo cognitivo potencia la inteligencia.    

 

Es, tal vez, difícil para los educadores entender que no hay momentos para el cuerpo y momentos para el intelecto; debemos aceptar que el intelecto es también cuerpo, que el cuerpo es sensibilidad, que la imaginación es la puerta de la ciencia. Las escuelas serian más divertidas y los niños tendrían menos dificultad para manifestar las emociones, para expresar con palabras, para moderar la voz, para contener el puño y la patada, para educar los esfínteres la orina, para interpretar las lagrimas.

 

Siempre hay una relación entre lo mágico, lo divino, lo sagrado y lo cotidiano pasando por lo lúdico, como disfrute, como aprendizaje de lo vivido.

 

La concepción del cuerpo nos acercan a una reflexión pedagógica frente a nuestro quehacer donde la educación de hoy es un proceso desarticulado del ritmo de la vida.

 

La escuela soñada será una instancia formadora donde nadie aprenda de la misma manera, una escuela que no sea homogenizada, ni estandarizada, respetuosa de las individualidades, que estimule la autonomía, que estimule la vinculación con su entorno y en una decisión arriesgada pero segura; que rompa sus muros para convertirlos en escenarios donde florezcan las nuevas formas de educar.

 

La escuela está llamada a convertirse en un escenario donde el niño hablando, interactuando desarrolle su capacidad simbólica, jugando; ejercite su fantasía y construya su propio pensamiento; su propia manera de ver e interpretar el mundo; indagando, preguntando,disfrutando  del asombro al descubrir lo nuevo. Pero, el niño siempre estará tratando de armar el mundo de su concepción, mediante el juego, con sus gestos, con sus danzas, con sus cantos, con su actividad.    

 

 Estos elementos que le dan colorido a la escuela son los que hay que ensayar para convertirla en un espacio de crecimiento integral de todos los que ella convoca con el fin de prolongar la felicidad de los niños en adultos creativos e imaginativos.

 

Si la escuela además de integrar lo lúdico, forma en ambientes de respeto a la opinión del otro, en la tolerancia, en la posibilidad de ejercer la autonomía, en atmósfera de cordialidad, de equidad en el trato, de afecto en las relaciones estará educando niños con alta autoestima, con gran sentido de pertenencia; con capacidad para ejercer el buen humor, para encontrar las soluciones a los problemas, serán niños que van a ir sembrando por su paso equilibrio y armonía. Con estas personas en el inmediato futuro será real el ejercicio de la democracia participativa. La escuela comparte con la familia esta gran responsabilidad de educar en la pedagogía del amor garantizando así una niñez con altos niveles de felicidad y armonía.

 

La pedagogía del amor, asume el gran papel del educador en la educación y su innegable influencia sobre el educando. Por ello termino con estas palabras de García Morente: “ Todos conocemos hombres varios y vemos que algunos atraen más, educan más que otros. ¿ Por qué ? No cabe dudarlo: los más influyentes, los más atractivos, los más educadores son los que con mayor plenitud realizan valores positivos; son los modelos que propendemos a imitar, porque los admiramos y los amamos. En general, puede decirse, pues, que todo educador ha de ser un buen modelo, ha de realizar en sí mismo altos valores”.

 

 

Edna Luz López Gómez

Licenciada en Educación Física, Recreación y Deportes

Politecnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid